Es un privilegio excepcional cultivar los campos del Parque Natural del Delta del Ebro, un espacio protegido donde se respira la esencia arrocera de años y años de tradición. Su extensión de casi 22.000 hectáreas permite recoger 120 millones de kilos de arroz en cáscara (el 98,5% del total de Cataluña y el 20% de España) que acabarán convirtiéndose en 70 millones de kilos del arroz blanco más apreciado por los consumidores y de las variedades Bahía y Bomba. Un lugar donde, en abril, el tiempo parece que se para cada vez que el agua vuelve a inundar los campos de cultivo hasta que comienza la siembra. Una fiesta de colores y brillos que culmina a mediados de septiembre dando paso a la gran fiesta de la recogida. Un ciclo que da fe del aprecio por esta tierra y por un cultivo respetuoso con el medio ambiente, que consigue la armonía perfecta entre la explotación agraria y los valores naturales de un Parque único en el mundo.
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